Si te paras
sobre el asteroide B612 sabrás exactamente todo lo que está a tu alrededor: la
topografía, el clima e incluso alcanzaras a ver a tus vecinos de los asteroides
cercanos. Pero si te paras en la Tierra, no alcanzas a ver nada por completo.
En la Tierra hay paredes que te separan de tus vecinos, amigos y de tu familia.
Podrías perderte y no encontrarte.
Cuando las
paredes sean altas en la Tierra, extrañarás B612; y si te quedaras en el
asteroide querrás estar en el planeta. B612, aunque despejado, es solitario. Y
la Tierra, aunque inmensa y llena de obstáculos, está habitada.
Si te quedas
en el asteroide, verás todo muy lejos de ti, pero podrás cuidar
fácilmente de ese espacio tan pequeñito y resultará cómodo. Pero eliges la
Tierra, te aguardarán aventuras y nuevas cosas qué descubrir, paredes qué
escalar y puertas qué abrir.
Claro que
habrá zorros y serpientes en la Tierra, y eso tal vez te haga extrañar B612.
Tal vez también te haga temer y correr de regreso allá y eso está bien. Incluso
podrías ir y volver de la Tierra a B612, mientras así lo quieras. Y eso también
estará bien.
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La sangre llama a la sangre...