Y la duda me carcome,
me destroza la voz,
me corrompe el alma.
¿La última sonrisa sincera?
No lo creo.
¿La última caricia?
Probablemente.
¿El último amor?
El último a quien le entregue todo.
-Y entonces la luz se escapó de sus ojos,
y volvió a ser una simple muñeca.
jueves, 27 de mayo de 2010
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Wow, me gusto mucho. Bastante. Espero que sigas escribiendo seguido.
ResponderEliminarY gracias por pasarte por mi blog, me alegra q te haya gustado el cuento =)