"Para los mexicanos la mujer es un ser obscuro, secreto y pasivo[...]la mujer encarna la voluntad de la vida. [...] El hombre revolotea a su alrededor, la festeja, la canta, hace caracolear su caballo o su imaginación. Ella se vela en el recato y la inmovilidad. Es un ídolo. Como todos los ídolos, es dueña de fuerzas magnéticas, cuya efectividad y poder crecen a medida que el foco emisor es más pasivo y secreto. Analogía cósmica: la mujer no busca, atrae. Y el centro de su atracción es su sexo, oculto, pasivo.
Máscaras Mexicanas, Octavio Paz
"Quiero ser sembrado para siempre por tu voz, y habitar el jardín de tus gemidos, de tus silencios llenos de ecos" Ruy Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La sangre llama a la sangre...