...un vampiro
...mi caminante nocturno
a ese a quien no le importara nada.
...ese caballero oscuro, frío,
calculador.
Y se acercó a mí.
Lo tomé del brazo y avanzamos.
Todo a mi alrededor se oscureció.
¿De qué hablamos?
No lo recuerdo.
Sólo pensaba en sus labios.
Nos fuimos de ahí,
hacia su morada.
...unos colmillos blancos y filosos,
...sentir la sangre caliente correr.
Es interesante...
cómo de repente me dejé llevar
y pensaba en la lujuría que me provocaba su ser.
Un dolor, una pasión,
sólo un bocado de inmortalidad
que se dejó pasar en un momento.
martes, 14 de diciembre de 2010
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La sangre llama a la sangre...