Tu vida se desliza por mis labios,
internado en el éxtasis,
saboreando la muerte lentamente.
Pálida a la luz
la piel gélida se estremece
mientras mi garganta se sacia de ti
en un rito cruel, sádico,
que seduce y da placer a la víctima.
Siente tu vida correr
mientras disfrutas del sexo.
domingo, 3 de enero de 2010
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La sangre llama a la sangre...