Te voy perdiendo
poco a poco
de nada a todo
siguiendo el libreto.
¿Quién está cambiando?
Tal vez tú, tal vez yo
después de todo lo andado...
¿se desvanece el hechizo?
Pero mi débil mente
cambia de opinión
cuando en ella hierve
tu imagen, mi dulce obsesión.
El cruel insomnio
trae de nuevo tu perfume
cuando este dolor cómico
me devuelve tus caricias en resumen.
¡Oh infierno maldito!
¡Oh desafiante deseo!
del amor adicto,
de un placer obseno
sábado, 17 de abril de 2010
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La sangre llama a la sangre...